El amor después del amor

"El vacío que dejó Clara en mí era tan grande que su lugar se ocupaba fácilmente. A cualquier mujer que veía con rasgos parecidos a los suyos, la sentía como mía, y también sentía la necesidad de abrazarla, de tenerla conmigo [...]. Algunas simplemente sonreían, sintiéndose halagadas por mis furtivas miradas; otras, mostraban cierta incomodidad. Pero no creo que ninguna me comprendiera. En cambio, Lilly* sí. O eso parecía. Su figura no tenía nada que ver con la de Clara, y sus ojos eran verdes y su pelo negro; pero en su forma de ser, sí se asemejaba, lo que era peor. [...] Entonces comprendí que nada muere, todo reencarna."


Esto forma parte de algo que estoy escribiendo, "Mi vida después de Clara". No, mentira, no se llama así, ni siquiera tiene nombre, y apenas escribí tres páginas, pero me gustaría darle forma a esta cosa que, a manos de alguien con más talento, podría ser algo bueno.
El leivmotiv es trillado, un amor del pasado que nunca morirá. Porque, como dijo Dolina "No hay mejor amor que el que nunca ha sido".
A escribir esto, me inspiró Haruki Murakami, con Tokio Blues (podría decirse que es un plagio barato) y mi experiencia propia. En este texto mi musa es mi pasado y su forma de afectarme en el presente. Porque siempre hay un amor, que nunca olvidarás. Tu primer amor, o tu amor más importante. "El padre de mis hijos", lo llamo yo. Porque siempre, aunque no esté más conmigo, al final todo me lleva a él. Tal vez, tú, lector, tienes a alguna persona demasiado importante en tu vida, alguien que vendría a ser una especie de "molde", con el que comparas a otras personas que podrían ser importantes a largo plazo...

Esta es la historia de mi vida, y de la vida de muchos, pero no quiero limitarme a eso. Así que nos vemos en otra entrada que, espero, tenga otra temática.

Adiós, Florencia!