miércoles, 11 de mayo de 2011

Recuerdo de las sierras

Si alguien juzga que me contento con poco, que juzgue que todo es relativo, que para mí ese poco significa mucho, significa -los casos mentados lo prueban- que las desgracias me dejan recuerdos preciosos. A veces creo que en lo hondo de mi corazón las busco, las anhelo. Quién diría que un amor de los llamados platónicos, o algo peor, un amor no correspondido, mueva sentimientos tan reales. Por increíble que parezca, esta situación infortunada me llena de un orgullo amargo, pero firme. Yo quiero, celo, espero y sufro sin recompensa alguna, y me figuro que por ello aventajo moralmente a quienes noche a noche reciben su paga. Desde luego, aspiro a ser el amo de Violeta; si no lo consigo, me conformo con la cariñosa familiaridad que la muchacha otorgaría a un pariente que se hubiera criado con ella, al más generoso de sus tíos o al faldero predilecto, entre sus gatos y sus perros. Conformarse no equivale a renunciar.

2 comentarios:

  1. Wow que lindo
    es un cuento???
    tendrias que escribir una novela!!
    (mejor que la mayoria de las estupideces que publican seguro), yo la leería.

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  2. Sos una genia, yo lei ese cuento en el colegio, y ese párrafo es inolvidable

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